Hace unas semanas aterricé en el blog de Sonia, Las Horas de Sonieta, y en una de sus entradas nos proponía hacer en SAL esta colcha. Hace tiempo que me autoregalé el libro en el que se publicó y me gustó muchísimo cuando la vi, pero yo sola no me atrevía a ponerme con ella. Me decidí y me apunté al SAL más que nada para practicar la puntada escondida, con la que no he trabajado nunca. Llevo poco más de un año trabajando con apliques pero siempre con festón y en superficies pequeñas, sobre todo en camisetas y cojines, y nunca he hecho nada de esta envergadura.
Así que me puse a elegir las telas. A mí es casi lo que más me cuesta. Nunca acaban de convencerme las combinaciones de colores que elijo. Los colores originales de la colcha son muy bonitos, pero no iban para nada con mi salón, que será donde definitivamente se quede la colcha. Mi sofá es azulón, así que tras mucho mirar y remirar encontré estas telas en ebay a muy buen precio: Bar Harbour y Quilts of Valor. Como veréis tienen algunas en común.
Después de dar muuuuchas vueltas (y de añadir alguna que otra tela más), ésta ha sido la composición final elegida. Me gusta mucho cómo queda.
Ahora ya sólo queda hacer todos los bloques, que no son pocos. En teoría es uno cada 15 días, pero se trata de disfrutar con lo que hacemos, así que no me voy a agobiar, a mi ritmo. Además, con el verano es más difícil cumplir con los plazos.
Como los bloques se repiten, he decidido hacer todos los que son iguales a la vez. De momento, tengo ya cuatro bloques iguales a éste. Para hacer la puntada escondida, el aplique lleva un forro con una tela más finita y así es más fácil esconder los bordes. La puntada escondida no está todo lo escondida que yo quisiera, pero el segundo se me dio mejor que el primero y el tercero mejor que el segundo… Es todo cogerle el tranquillo.
Y por otro lado, estoy metida de lleno con los primeros bordados de mi cajón de imprenta. Cuando comience a montar las casillas os enseñaré un primer avance.