Érase una vez un trozo de tela solitaria y una cinta en tonos rosas y marrones que necesitaban adornar un bordado.
… así que por primera vez el bordado fue elegido en función de la tela y la cinta y no al revés. Después de mucho meditarlo, resultó ganador “Dame Gâteaux” de la casa francesa Tralala, que tiene unos diseños preciosos.
Fue bordado en Lugana crudo 1 sobre 1 para que no quedara muy grande, ya que su acabado final iba a ser un pinkeep. Las medidas finales del bordado resultaron ser 9x13 cm.
Pero ¡ay de mí!, cuando estoy preparándome para montar el pinkeep, llega a mis manos el regalo de intercambio del grupo de Locuras procedente de Logroño, con regalitos de mi amiga Ana María, y entre ellos me encuentro esta cinta:
¿Parece o no que está hecha a propósito para mi señora pastelera? Así que bucée en mi caja de telas para ver si encontraba algo aprovechable y ¡eureka!, la encontré:
Uní bordado, tela y cinta… y el resultado es espectacular.
El final del cuento cambió, pero sigue siendo un final feliz, de hecho es muy feliz, casi tanto como su dueña, que en este caso soy yo. Tendré que buscar otro uso a la primera tela y cinta.