Más vale tarde que nunca, que dice el refrán.
Este año me he animado a hacer unos detallitos para las mujeres de la familia, aparte de lo que Sus Majestades de Oriente tuvieron a bien dejar debajo del árbol para ellas.
Para mi madre y mi cuñada, fumadoras empedernidas, hice estas pitilleras. He de confesar que con más miedo que vergüenza, porque las hice de un día para otro y en casa no hay ningún fumador, así que el tamaño fue un poco a ojo (sí, probé a poner en Google "tamaño paquete tabaco", jajajajaj). Y quedaron bien y ellas encantadas. Las boquillas eran una de mis asignaturas pendientes y tengo que decir que no son tan difíciles como creía.
Para mi hermana y mis dos sobrinas mayores hice estos llaveros. Los ví aquí en el blog de Belén y quedé prendada de ellos y me parecieron un detalle muy bonito, así que saqué mi caja de retales y me puse a hacerlos al por mayor. Hice nueve, nada más y nada menos. Estos tres son los de mi hermana y sobrinas.
Y aquí, ya con sus llaves, el de mi hija mayor y el mío. De los cuatro restantes, tres están ya en manos de buenas amigas.
Y sigo cosiendo, con montones de cosas empezadas (como todas) y muchísimas ideas rondándome por la cabeza, pero ¡tan poco tiempo!